FAITH NO MORE | 12.11.2011 | Maquinaria


On November 12th five years ago Faith No More returned to Santiago, Chile for a very special show.

KFAD...FFAL played with Trey Spruance on guitar, the first time he has played live with the band. This is the first time Star A.D. and Absolute Zero have ever been played live.

Rock N Vivo

Faith No More: la consolidación de un reinado

Por cuarta vez en tres años, la banda liderada por Mike Patton se presentaba en Chile, esta vez en el marco del Maquinaria Festival 2011. La reunión tendría como piedra angular el disco King for a day, fool for a lifetime (1995) y la presencia del que fuera guitarrista de la agrupación en aquella época, Trey Spruance. El resultado fue una extraña mezcla de euforia, nostalgia y saliva, una receta ya típica en los encuentros entre los californianos y el público local.

Un ácido periódico local titulaba hace más de 20 años: “Please no more”. Faith No More se presentaba por primera vez en Chile y lo hacía nada más y nada menos que en el Festival de Viña del Mar, en una doble jornada. Con un espectáculo de más de 30 minutos que terminó por romper los nervios de los periodistas más conservadores, el grupo californiano comenzaba a pavimentar un camino que finalmente les elevaría al grado de héroes locales y que llegaría a su punto culmine la noche del sábado 12 de noviembre, en un reencuentro con tintes de ceremonia.

El show demoró más de 15 minutos en iniciarse, convirtiendo a las pifias en un recurso de presión constante.

“Ser rey por un día, y hueón de por vida” era la frase de sentencia que imponía Patton a la audiencia y que servía como epílogo para una velada que pareció única. Una rápida y despechada “Get Out” daba un potente inicio a un estricto setlist, donde Patton desbordaba adrenalina y como buen anfitrión trataba de dejar a todos sus invitados con una sensación de conformidad. “Ricochet” y “Evidence” -en su versión en español- ponían al público a saltar y conectaban a la banda con su lado más “flaite”, como diría el mismo Mike.

Trey Spruance actuaba después de largo tiempo junto a Patton, llevando el sonido de la agrupación a su tope. “The gentle art of making enemies” hacía volver a todos al ruedo de la velocidad y violencia, la cual era disfrazada por arreglos florales y sonrisas varias. “Star A.D.” se mostraba como primicia -ya que nunca había sido tocada en vivo- con un conjunto de bronces, que adornaban la espalda de Bordin. “Cuckoo for caca” llevaba al límite la capacidad vocal de Patton, quien atacaba con gritos y juegos con la mesa de efectos. El cambio fue radical y el tenue bossa nova de ‘Coralho voador’ se tomaba el Club Hípico, el cual contó con serios problemas de sonidos que se mantuvieron a lo largo del día, uno de los puntos negros de la jornada.

Patton bromeaba sobre sus constantes visitas a Chile y asumía que el próximo año estaría de vuelta. “Ugly in the morning” resumía el espíritu crossover del (hasta ese entonces) quinteto. “Digging the grave”, single de por aquellos años y uno de los favoritos de los presentes, era coreado por todos. La sorpresa fue mayor cuando Jon Hudson entra al escenario para acompañar, de ahí en adelante, al resto de sus compañeros. Era la primera vez que Faith no More contaba con dos guitarras en escena y la oportunidad no se desperdició en absoluto: “Take this bottle” y “King for a day” pasaban pegadas, para luego dejar a la furiosa “What a day” como anticipo a un cierre glorioso.

“The last to know” calmaba todo ademán de desorden a punta de riffs directos y duros. La caja de Pandora se se abría, lo que exigía mantener los sentidos alerta en cada segundo. “Just a man”, uno de los himnos de la banda, era secundada por un coro de cantantes nacionales, quienes uniformados con túnicas de colores, se transformaban en la guinda de una torta bien repartida. Patton se exponía a una lluvia de escupitajos, mientras la música se encargaba de transformar aquel instante en algo surrealista. Salieron rápido del escenario, pero no sería por mucho tiempo.

Su retorno fue incluso más avasallador. Un cartel gigante pedía “educación gratis para todos”, mientras Patton y Bottum mostraban una bandera chilena con la misma consigna, siendo los únicos en mencionar el conflicto estudiantil durante el día. La música volvió de la mano de una canción inédita, estrenada el pasado 8 de noviembre al otro lado de la cordillera. Lo que comenzó como rumor terminó por ser una realidad y abrió una puerta de esperanza para todos aquellos fanáticos que sueñan con material nuevo de la banda. Gould, el silencioso genio detrás del bajo, sacaba lo mejor de sí como si no pasaran los años por encima de él.

Angel Dust (1992) y Album of the Year (1997) también tenían su espacio dentro del repertorio, dejando a “Caffeine” y “Ashes to ashes” como protagonistas de los siguientes minutos. Y si querían impresionar, lo lograron: “Absolute Zero”, B-side del King for a day…, dejaba en jaque al menos fanático y atónito al que los sigue desde siempre. Un público hambriento por más no dejaba que los músicos abandonaran el escenario Claro, pero los fuegos artificiales se encargaron de dejar las cosas en su lugar.

Otra visita de Faith no More que quedará registrada como única, por su contenido y emoción. La cultura pop criolla les estará siempre agradecida.







Con actuación "del año", Faith No More encendió la fría noche de Maquinaria
El grupo festinó con sus constantes presentaciones de despedida, en su regreso a Chile por tercer año consecutivo, esta vez para revisar íntegro el disco "King for a day, fool for a lifetime".

SANTIAGO.- Sus últimas y recientes presentaciones en Sudamérica habían sido sesiones de grandes éxitos acordes a las de un grupo de larga data, reunido tras una extensa separación y sin canciones nuevas que mostrar a sus seguidores. Una apuesta comprensible para cualquiera en la condición de Faith No More, pero no cuando la ecuación cruza a este grupo con Chile, país en que en los últimos dos años acumulan presentaciones tanto de regreso como de despedida. Los músicos lo saben, y festinan con el hecho de la mano del siempre sarcástico Mike Patton. "Es el último concierto también hoy, como la última vez", dice ante la incredulidad de la audiencia. La actitud es refrendada por el propio vocalista sólo un par de segundos después, cuando agrega que "la verdad es que cada año estamos acá, wey". Por eso el grupo buscó justificar el regreso en Maquinaria con una apuesta distinta, y ésa fue la de presentar por completo el disco King for a day, fool for a lifetime, uno de los álbumes más radiales de su carrera, y editado en 1995. La partida, entonces, estuvo dada tal como en esa producción, con las rockeras "Get out" y "Ricochet", para luego completar en estricto orden los 14 cortes del disco. "Evidence", en su olvidable versión en español, dio el primer giro hacia sonoriades fuera de lo eléctrico, lo que se repetiría con los aires de salón de "Star A.D.", y los tintes cariocas de "Caralho Voador". La exitosa "Digging the grave" volvió a agitar el ambiente a los pies del Claro Sony Ericsson Stage. Y literalmente a los pies, ya que la escasez de volumen permitía conversar sin problemas a los asistentes que se encontraban a 50 metros de los músicos, consagrando las primeras irregularidades que en ese ámbito se percibieron durante la presentación de Alice In Chains. "Sabemos qué estamos tocando... No pidan canciones de Myriam Hernández, putos", dijo Patton en uno de sus tantos jugueteos en castellano, para dejar en claro cuál era la apuesta de hoy, conocida por todo fan bien informado. Sin embargo, tras finalizar el repaso a King for a day... el grupo se permitió revisar un par de temas ajenos a ese álbum, entre ellos el esencial "Ashes to ashes", para luego bajar la cortina definitivamente entre fuegos artificiales. Fue el cierre de algo que, fallas de sonido o incidentes mediante, no puede ser menos que una fiesta: La del reencuentro siempre efectivo de Faith No More con su tierra prometida, y que hace que todo anuncio por un próximo fin del grupo se evapore pronto. Como "cada año, wey".



Humo Negro

Faith No More: Reyes por un día…

Promediando el show de Chris Cornell en el Transistor Stage, ya existía mucho público esperando que comenzara la presentación de Faith No More en el Claro Sony Ericson Stage. La ansiedad por volver a ver a los californianos se podía percibir en el ambiente, y no sólo por ser una de nuestras bandas predilectas, sino también porque nos tienen acostumbrados a shows de un alto nivel técnico, musical y emocional. Un escenario completamente blanco -quizás un presagio de lo pulcra que sería la presentación de esa noche-, algunos arreglos florales multicolores adornando puntos estratégicos y la misión de superar la vara dejada por Alice In Chains un par de horas antes, eran los condimentos perfectos para una velada histórica. A las 22:17 hrs., ante la ovación y el delirio de cada uno de los fans, hacen su entrada los miembros de la banda, vestidos completamente de blancos y con una misión clara: escribir un nuevo capítulo en su historia de éxitos.
Faith No More cumplió su palabra, interpretando íntegramente su quinto álbum de estudio “King For A Day…Fool For A Lifetime” (quizás para muchos el mejor de toda su carrera) y además sumando la participación de Trey Spruance, quien fue el encargado de las guitarras durante la grabación del disco en 1995. La banda demoró una hora exacta en recorrer los 14 tracks que componen la placa, los cuales fueron tocados en su orden original y sin imperfecciones.

La presentación comenzó de inmediato, sin mediar ningún tipo de introducción, en donde la energía y potencia de “Get Out” encendió instantáneamente el ambiente, haciendo olvidar la baja temperatura del recinto. Cuando empezaron a sonar los primeros acordes de “Ricochet” se incorporó al escenario Roddy Bottum, quien no había entrado con el resto de la banda; la fuerza del inicio ya hacía presagiar que se estaba en presencia de un show que a la postre sería memorable. Posteriormente, llegó el turno de uno de los mayores hits de la banda, “Evidence”, el cual fue presentado por Patton como “una canción muy flaite”, y que fue interpretado en Español/Inglés, causando el delirio de cada uno de los fans que la corearon de principio a fin. Bottum vuelve a desaparecer del escenario y al público que ya salta con la rápida y pegajosa “The Gentle Art Of Making Enemies” parece no importarle. Para lograr el estilo propio del soul/jazz de “Star A.D.”, se incorporan cuatro músicos, que son bautizados por Patton como “trompetas calientes”, la misión se cumple a la perfección y el sonido resulta tan nítido como en el disco. Durante la ejecución de “Cuckoo For Caca” los gritos desgarradores de Patton se apoderan del Club Hípico, sin duda su marca registrada, cuya técnica maneja a la perfección. La calma llega de la mano del bossa nova de “Caralho Voador”, quizás el momento más relajado en lo que va transcurrido del show. Sin embargo, la tranquilidad no dura mucho, y comienzan a sonar los crudos sonidos de “Ugly In The Morning” y “Digging The Grave” (otro de los singles del disco).
Para la interpretación de “Take This Bottle”, Trey Spruance se toma un receso, siendo objeto de burlas por parte de sus compañeros, quienes indican que se encuentra cansado debido a su edad, su lugar es ocupado por Jon Hudson, quien tampoco se escapa de las burlas, al ser tratado por Patton como “viejo pelao”. El ambiente se llena de romanticismo con la melodía de una de las principales baladas que tiene la banda en su repertorio. Entre canción y canción, Patton hace alarde de las nuevas palabras en español que ha aprendido, tales como: “cachai”, “la raja”, “bakán” e inclusive dándose la maña de decirle al público que no le pidan canciones de Myriam Hernández (sin duda, un guiño al episodio acontecido en el Festival de Viña del Mar de 1991). “King For A Day” transcurre sin mayores sobresaltos, aunque se evidencia una leve baja en las revoluciones del show. La energía vuelve a subir abruptamente con la batería de Bordin, y las guitarras de Spruance y Hudson, que ahora suenan en conjunto durante la interpretación de “What a Day”. Para cuando suena el penúltimo track, “The Last To Know”, ya se puede percibir en el ambiente que queda poco para que se termine el recorrido a través de uno de los discos más emblemáticos de la década del ‘90. Toma la palabra Roddy para anunciar lo que ya todos saben, la ejecución de la última canción de la placa: “Just A Man”, la banda es acompañada por un coro de 20 personas vestidas con túnicas de colores que hicieron aún más majestuosa la puesta en escena. El grupo agradece a su público y desaparece tras los amplificadores. Algunos fans empiezan a retirarse a las zonas de servicios y al Transistor Stage, sin imaginarse que aun quedan sorpresas.

Al cabo de unos minutos de espera, Faith No More vuelve a salir al escenario, con una bandera chilena de apoyo al movimiento estudiantil, con el texto “educación”. Trey Spruance no vuelve y la guitarra queda a cargo de Hudson. Tal como había acontecido el pasado 8 de noviembre en el Estadio Malvinas Argentinas de Buenos Aires, la banda vuelve a interpretar una canción que aún no ha sido posible identificar y que podría corresponder a un tema inédito. Roddy Bottum dedica el tema a Felipe Herrera, fallecido miembro de la banda tributo, Please No More.
El show prosigue con las interpretaciones de “Caffeine” (Angel Dust, 1992) y “Ashes To Ashes” (Album Of The Year, 1997) Para el cierre vuelve al escenario Spruance, y Patton lo incita a hablar en español. Billy Gould pregunta si ellos “hablan como mexicanos” y Patton comenta que cuando va a México le dicen que “habla como chileno”, causando las risas de todo el público. La última canción en sonar es “Absolute Zero”, que corresponde a uno de los temas que fue grabado como Lado B del “King For A Day…”. La guinda de la torta para una presentación que prácticamente no tuvo puntos bajos y de una calidad pocas veces vista en nuestras tierras.


El grupo se vuelve a retirar del escenario, pero en esta ocasión no volverían. Mientras los roadies (también vestidos de blanco) desmontan los instrumentos, comienzan a sonar los fuegos artificiales que dan la despedida a una de las bandas más queridas en Chile. Más que sentir nostalgia por el adiós, es mejor quedarse con las palabras de Patton: “La verdad es que cada año estamos acá”. Ojalá podamos tenerlos pronto de vuelta y quien sabe, quizás con un nuevo álbum bajo el brazo.







Set List


Get Out

Ricochet
Evidence
The Gentle Art of Making Enemies
Star A.D.
Cuckoo for Caca
Caralho Voador
Ugly In The Morning
Digging the Grave
Take This Bottle
King for a Day
What a Day
The Last to Know
Just a Man

Matador

Caffeine
Ashes to Ashes

Absolute Zero

Comments

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